domingo, 8 de febrero de 2015

Gorda.

Salir a la calle y ver todas chicas más lindas, mejores en todos los sentidos, más flacas que vos, no importa el lugar que estés solo importa que las ves, están ahí al parecer quieren atormentarte ¿No? Cómo sí quisieran enrrostrarte en la cara todo lo que vos no tenes, y no vas a tener nunca, o capaz sí, pero vos a morir en el intento. Tener una competencia y darte cuenta que no vale la pena competir, o compararte porque ellas ganan siempre, y vos ¿Vos que?, vos perdes cómo siempre.
Mirarte al espejo, y odiar cada centímetro, cada parte, cada mueca y cada hueso también de tu cuerpo, odiarte completamente a vos, que te auto causes asco, rechazo, angustia, decepción y hasta tristeza. Pero créeme que felicidad nunca, menos con tu cuerpo así.
Haberte creído el cuento de hadas con un príncipe azul pensando que siempre iba a estar y que por fin alguien te había elegido pero no, volvieron a atormentarte ellas, y ganaron de nuevo, y ahora sos la pobre cornuda, es obvio, ¿Quién va a querer a la gorda, a la suicida, o a la anorexica?
Tener una salida revolver todo tu placard, y que no haya una sola prenda que te guste, o mejor dicho que te quede bien, porque no estás conforme con tu cuerpo, ni con vos, ni con nada. Pero si alguien más que no sos vos se la pone, le queda espectacular.
Sentirte una completa cerca inmunda, a la que todos tienen lastima, o capaz todos tienen asco porque se le notan los huesos por haber querido parecerse a la competencia.
Pero la competencia va a ganarte siempre, no importa cómo, dónde, cuándo ni porqué pero te va a ganar y nada ni nadie frena esa competencia.
De repente todo el mundo te quiere hacer creer, que esa competencia de la que tanto hablas, en realidad no existe, en realidad sólo es tu mente, la misma que te deforma completamente que no te deja ver como sos, la misma que te insulta cada vez que perdes con las demás chicas a las que vos pensas que son la verdadera competencia.
De un instante a otro, estás tirada en la cama, mirando fotos de chicas que quisieras ser vos, y con los ojos llenos de lágrimas o mejor dicho, repitiéndote una y otra vez la mentira de siempre 'Voy a estar bien' o 'No dejes caer la primer lágrima porque si esa cae, las demás caerán después'.
Sentís un vacío que no llenas con nada, te sentís sola, y derrotada en tu propia batalla contra vos misma, nadie puede defenderte, ni siquiera tu mente, porque ella, ella es tu peor enemiga,

''Nunca dije que ser princesa era fácil''

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