martes, 23 de julio de 2019

Entre tantas vueltas en mi cabeza, tantas veces de hacerme la superada cuando no superé un carajo lo nuestro, tantas veces de pensarte antes de dormir entre lágrimas y con el corazón destrozado preguntándole a la vida que fue lo que hice mal esta vez. Hoy me animo a usar esa palabra que estaba evitando tanto usar, quizás porque me dolía, o quizás para intentar hacerme la fuerte y creérmela porque es evidente que no soy fuerte para nada, esa palabra tan simple de decir y con tanto significado al hablar de vos, de mi, de nosotros. Te extraño. Eso es lo que más me duele el extrañarte, el saber que no vas a volver, que una vez más me destruí el corazón y la cabeza para después perderlo todo. Extraño tu presencia en mi vida, porque cuando estabas ahí todo dolía un poco menos, extraño reírme con vos, extraño tus abrazos, extraño fumar con vos, extraño tomar alcohol con vos, extraño mirarte a los ojos y sentir como se me reconstruía la vida de a poco. Es difícil abrir los ojos y ya no ver tus mensajes, me duele saber que no estás y no vas a volver a estar ahí para mi, me duele saber que te perdí para siempre. Me duele también que te hayas quedado con la mejor versión de mi, porque estoy segura que no voy a volver a ser la misma con nadie más. Me hubiese encantado tener una charla más, explicarte todo lo que siento aunque sea en vano, aunque me rompa en llanto a la segunda palabra porque las veces que te cruce temblaba del dolor, me dolía mirarte a los ojos cuando antes era lo mejor que me pasaba y con la única persona que soportaba tanto tiempo mirarnos a los ojos. Intente entregarte lo mejor de mi, lo que más pude, lo que mejor me salió, pero no alcanzo, no te alcanzo. No sirvió de nada. Seguramente no piensas en mi, no te deberás acordar ni la cuarta parte de todo lo que pasamos, y yo en cada anécdota linda que tengo te recuerdo siempre porque a pesar de todo fue lo más lindo y lo mejor que me pudo haber pasado. Porque fue y es difícil seguir sin vos. Porque me destroza el alma, el corazón y la cabeza. Porque no se como. Porque no puedo llenar este vacío con nada ni con nadie. Aunque lo haya intentado no puedo. Estaba con alguien y todos tenían un parecido a vos, cerraba los ojos y aparecías ahí en mi cabeza, en mi locura, los abría y tu cara estaba ahí aunque no eras vos. Te soñé mil veces y lo sentía tanto, me parecía tan real que me levantaba llorando y con el corazón a mil por hora. Se que no vamos a volver a hablar ni nada pero no puedo soltarte no quiero aunque deba. Ojalá las cosas hubiesen sido distintas, ojalá el destino hubiese sido otro entre nosotros. Te extraño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario